La importancia de distinguir entre Psicoterapia de Duelo y el uso incorrecto del término “terapia tanatológica”
- Coincidir Psicología

- 3 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 nov
La Psicoterapia de Duelo constituye un abordaje profesional clínico, orientado a la reorganización adaptativa (cognitiva, emocional y conductual) tras la pérdida significativa, tanto en el curso gradual del duelo como en la detección oportuna de duelo complicado y sus posibles comorbilidades con la finalidad de prevenir y si es el caso tratar el deterioro funcional.

Se realiza mediante una intervención estructurada, con principios éticos de la disciplina, que incluye evaluación diagnóstica, establecimiento de metas psicoterapéuticas y aplicación de técnicas, cuyo fundamento es validado por criterios de la evidencia científica con rigor teórico-metodológico, y que, a elección del enfoque de cada psicoterapeuta trabaja con diversos modelos psicológicos.
Por su parte la tanatología ha cobrado mayor difusión, ya que se admite como una disciplina de estudio relacionada con los procesos de duelo. El término “terapia tanatológica” que se refiere como su labor, es incorrecto e inexistente desde las perspectivas académica, legal y ética, aunque se haya popularizado en divulgación mediática (apelando a su contribución), sin considerar sus implicaciones de rigor técnico. Su normalización NO legitima el término e incurre en el uso ambiguo y potencialmente engañoso que genera confusión porque impresiona como psicoterapia y es sugerente de facultades diagnósticas o de tratamiento.
En este punto es apropiado precisar las acepciones de la palabra terapia
Etimológicamente: terapia en griego: therapeia = tratamiento
Legalmente: en México, el término terapia dentro del marco de la Ley General de Salud por decreto del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos y en conformidad con el artículo 4o. de la Constitución Política, está reservado a profesionales en ciencias de la salud avalados con título y cédula profesional (psicólogos, psiquiatras, médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, nutriólogos)
Rigor académico: la American Psychological Association menciona que la terapia en sentido estricto lleva implícita la connotación de tratamiento clínico, al ser una intervención estructurada y acreditada con formación académica de nivel superior de grado y/o posgrado con el objetivo de prevenir, tratar o rehabilitar padecimientos físicos y mentales
¿Por qué importa la revisión?
Cuando se emplea la expresión “terapia tanatológica” en un sentido amplio y coloquial y fuera del marco profesional constituye una equivocación conceptual que deriva en problemas psicosociales.
Confusión conceptual: el consultante puede creer que recibe tratamiento profesional como psicoterapia, cuando en realidad obtiene acompañamiento.
Implicaciones éticas y legales: debido a la invasión de competencias profesionales por aplicación de cuasiprácticas, pues el ejercicio de psicoterapia es exclusivo de expertos en salud mental, por tanto, al no existir jurídica ni académicamente el término terapia tanatológica, su uso se interpreta como simulación irresponsable, irregular e indebida.
Riesgo bioético del principio de no maleficencia: cuando un consultante podría tener una verdadera necesidad psicoterapéutica y no se atiende oportunamente tiene consecuencias equiparables a la iatrogenia (en tratamientos).
Vulnera los derechos fundamentales de los pacientes en ámbito clínico:
o Derecho a la información: recibir información fidedigna sobre sus alternativas de tratamiento, riesgos y beneficios.
o Derecho a la atención de calidad: recibir servicios de salud basados en evidencia científica, buena práxis y estándares profesionales.
Es así como la tanatología corresponde a un acompañamiento que bien ejecutado puede tener un efecto positivo, pero no profesional; por lo que en aras del respeto a los límites científicos, las competencias del campo de la salud, la legalidad profesional y la beneficencia a los consultantes, la alternativa para precisar la descripción de la labor del tanatólogo, es el empleo definitivo de la denominación de su alcance: ACOMPAÑAMIENTO TANATOLÓGICO, siendo una expresión más fiel de su quehacer disciplinar y que de acuerdo con el enfoque de la Psicología de la Salud se puede enmarcar claramente para su abordaje con los siguientes niveles de intervención:
Primaria:
Promoción de estilos de vida saludables (autocuidado)
Psicoeducación (muerte - duelo)
prevenir la aparición de duelo complicado
Secundaria:
Acompañamiento / Consejería
Primeros auxilios psicológicos
Detección temprana de duelo complicado y comorbilidades
Referencia a profesionales de la salud mental




