El adolescente como enfermo
- Coincidir Psicología
- 8 ene 2023
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Actualizado: 2 jun
Los factores para que un adolescente comprenda su enfermedad son: edad, madurez, red de apoyo, familia, educación, cultura, creencias.
Un adolescente independientemente de su género prefiere calidad que cantidad de vida, puede desarrollar ansiedad por pérdida de independencia e intimidad, le cuesta mucho admitir volver a depender, puede percibirse incomprendido y buscar pasar límites constantemente por poca conciencia de riesgos, lo cual hace difícil su adherencia al tratamiento, tiende a fantasear con un mundo donde es sano igual a los demás y cursa con tristeza por expectativas de su futuro.

La adolescencia es una etapa donde se busca la propia identidad y en la enfermedad puede impactar su autoimagen (por el tratamiento o el propio padecimiento) así como su autoconcepto (concepto que tiene de sí mismo) lo que le lleva a temer a la crítica y a ser rechazado socialmente por ser “diferente” o preocuparse por sentirse poco atractivo.
Es normal que tenga crisis religiosas por percibir la enfermedad como castigo divino o por el contrario volverse fervoroso en fe, pidiendo la recuperación; puede preferir el aislamiento como refugio ya que se enoja porque lo sobreprotegen o infantilizan, llega a tener fluctuaciones del estado de ánimo e incluso mostrarse despreocupado ante la enfermedad que amenaza su vida.
Es recomendable explicar a familiares, amigos o pareja que habrá veces que sea necesario negociar o llegar a acuerdos sugiriendo alternativas y preguntarle sus necesidades y preferencias como: estar a solas, o elegir un momento para conversar o no hablar durante la visita de la enfermedad o de las fiestas a las que no puede acudir si así lo desea.