La evaluación y manejo del dolor agudo y crónico

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor lo define como “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión hística real o potencial o bien descrita en términos de daño”.

El dolor se origina por patologías, por procedimientos diagnósticos, terapéuticos o infecciones y lleva a un estado de estrés que deriva en deterioro de la calidad de vida con consecuencias como: reingresos hospitalarios, insomnio, pérdida de independencia, deterioro cognitivo, alteraciones sensoriales y de lenguaje, dificultad para movilizarse, ansiedad, decremento de relaciones sociales, medicación con sus respectivos efectos adversos.

En complemento al tratamiento farmacológico el apoyo psicológico inicia con un psicodiagnóstico con entrevista y evaluación multidimensional (pruebas de dolor y personalidad), revisión de presencia de otros padecimientos (ansiedad, depresión, etc.), alteraciones cognitivas senso-perceptivas, habilidades motoras que interfieren con la capacidad de comunicar o cualificar, alteración conductual (postural, agitación o de sueño), observación de signos de disconfort (lenguaje corporal o en expresión facial), se explora el significado que se le atribuye al dolor, miedo al dolor mismo o ideas de consecuencias catastróficas como la muerte, la posible expresión de dolor como apatía y principalmente la referencia del dolor que menciona el paciente.

En COINCIDIR se utilizan técnicas como:

- Relajación

- Imaginería

- Hipnosis

- Distracción cognitiva a estímulo positivo

- Reconceptualización del dolor

- Adquisición de habilidades de autocontrol

- Determinación de niveles de resistencia